ALGUNOS ANTECEDENTES

Como figura en la presentación, este blog, está dedicado a la espiritualidad de  los  carmelitas. Veamos, entonces, como surge esta denominación.

 

El Monte Carmelo es una cordillera, en Israel, sobre el mar Mediterráneo; es reconocido por la aparición de la Virgen del Carmen y su historia, se encuentra muy relacionada con Elías, un profeta que vivió durante el siglo IX a.c. Según datos recolectados, existen lugares todavía existentes que preservan el recuerdo de su existencia. Estos son: una gruta, es decir una pequeña cavidad cerca de Haifa, donde residió él, y posteriormente su discípulo Eliseo.

También se encuentra un templo donde se reunían sus pupilos y más hacia el oeste, una fuente de agua conocida como fuente de Elías, que construyó el mismo. Y por último, en la cima, El-Muhraqa, sitio donde se enfrentó a 450 seguidores de la religión Baal.

Posee una de las tierras más fértiles de Israel, cuenta con valles donde el agua recorre los cañones, y a pesar de que llueve una sola vez al año, el monte siempre se conserva verde y hermoso. La biblia lo detalla como un paraje muy rico en paisaje y tierra. 

Gracias al rocío del mar, la flora presente en la montaña se mantiene verde, siendo estas los pinos, algarrobos, higueras, olivos, laureles, romeros, retamas y rosales silvestres. Además, debido a su rica tierra y a la facilidad de recolectar agua, ha permitido que se cultiven siembras de olivos, almendros, viñedos, cereales y frutas cítricas.

En dicha cordillera, está el origen de la fe a la Virgen del Carmen, Allí se formó la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, también llamada Orden de los Carmelitas   una orden religiosa católica que surgió alrededor del siglo XII cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo. Fueron los Carmelitas de la Antigua Observancia.

El patriarca de Jerusalén, Alberto, les entregó en el año 1209 una regla, que sintetiza el ideal del Carmelo: vida contemplativa, meditación de la Sagrada Escritura y trabajo con esa regla se convalida con la que rige hasta hoy en el siglo XXI.

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